En los jardines otoñales,
bajo palmeras virginales,
miré pasar muda y esquiva
la Pensativa.
La vi en azul de la mañana,
Con su mirada tan lejana;
Que en el misterio se perdía
De la borrosa celestía.
La vi en rosados barandales
Donde lucía sus briales;
Y su faz bella vespertina
Era un pesar en la neblina...
Luego marchaba silenciosa
A la penumbra candorosa;
Y un triste orgullo la encendía,
¿Qué pensaría?
¡Oh su semblante nacarado
Con la inocencia y el pecado!
¡oh, sus miradas peregrinas
de las llanuras mortecinas!
Era beldad hechizadora;
Era el dolor que nunca llora;
¿Sin la virtud y la ironía
Qué sentiría?
En la serena madrugada,
La vi volver apesarada,
Rumbo al poniente, muda, esquiva
¡La Pensativa!
El misterio de saber lo que pensamos...nunca lo diremos...enhorabuena por el blog..
ResponderEliminarlei varias veces este bonito poema y dado que entendi que se trata del mar en vista hacia lo profundo entre el atardecer
ResponderEliminarNuestro pensamiento nos pertenece sólo a nosotros. Es una de las pocas cosas que nadie, de momento, nos puede usurpar...
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