
(Oleo de: Enric Hernaez)
Gracias Salma, por esta aportación de
Angel González.
¡Volver a ver el mundo como nunca había sido….!
En los últimos días del verano,
el tiempo detenido en la gran pausa
que colmaría setiembre con sus frutos,
demorándose en oro
octubre,
y el viento de noviembre que llevaba
la luz atesorada por las hojas
muertas hacia más luz,
arriba,
hacia
la transparencia pálida de un cielo de hielo o de cristal
cuando diciembre
y la luna de enero
hacían palidecer a las estrellas:
altas constelaciones ordenando
la vida de los hombres,
el misterio tan claro,
la esperanza aún más cierta…
Aquella luz que iluminaba todo
lo que en nuestro deseo se encendía
¿no volverá a brillar?
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